viernes, 26 de agosto de 2011

Aves: Casi Todo Es Nuevo

Escrito 20 agosto 2011

Tres días antes de la salida de este, mi primer inventario, Doug Stotz me llevó a la colección de aves del Museo Field en Chicago para mostrarme algunas de las especies de interés especial de los Cerros de Kampankis, una región inexplorada ornitológicamente.

Doug abrió una de las gavetas de hormigueros con una serie de especímenes.  De manera ágil me comentó las diferencias sutiles entre varios grupos de especies cercanamente emparentadas y de identificación confusa.  “Esperamos encontrar este colibrí” me dijo poco después señalando con el índice las diferencias de color con otra casi idéntica.  “También esta Grallaria”… “este mosquero”… “este gavilán”… y siguió señalando especies mientras yo tomaba notas tan rápido como me era posible.

La mayoría de las especies esperadas es nueva para mí.  La porción del Neótropico que he visitado con frecuencia, del sur de México hasta Panamá, comparte muchas de las familias y los géneros que habríamos de encontrar en el norte del Perú, aunque América del Sur tiene la avifauna más diversa del mundo y hay muchísimas especies diferentes para cada uno de esos grupos. 

Ante lo complicado del asunto, opté por prepararme lo mejor posible: leí tanto de la guía de campo de las Aves del Perú (de la cual Doug es coautor) como me fue posible, repasando cada ilustración y mirando con detenimiento los mapas de relieve y vegetación que pueden revelar la distribución de las especies.  Miré los apéndices del Inventario Rápido más reciente para tener una idea más clara del número de especies registradas en el sitio previo y ponderar las expectativas de mi trabajo en el campo.  Le saqué a mi iPod toda la música que tenía y en su lugar cargué el contenido de varios CDs de aves de la Amazonía y de los Andes del Perú y por días no escuché sino cantos de aves; recordar el cau-cau-cau para el familiar Trogon collaris, pero también aprender por primera vez el chu-chu-chu-chuchuchu del hormiguero Myrmotherula axillaris y el cher-chrrr, chrrr del carpintero Melanerpes cruentatus que jamás había escuchado. 

Y llegó mi primer día en el campo.  En el equipo de aves están Renzo Zeppilli y Debby Moskovits, ambos con gran experiencia en identificar aves en el Perú y que escuchan voces en el bosque e identifican a diestra y siniestra a quien llama o canta.  “ése es Myrmoborus myotherinus”… “aquel es Tangara chilensis”… “oh, Patagioenas plumbea, allá, en la distancia”.  Esa mañana cada quien tomó su trocha.  Yo salí con mi mochila al hombro.  En ella llevé mi grabadora digital con un micrófono, mi cámara fotográfica y mi guía de aves.  En el bolsillo izquierdo, mi iPod con un pequeño altavoz.  En el derecho, mi libreta de campo.  Colgados del cuello, mis binoculares.

Ernesto Ruelas, ecólogo de conservación del Museo Field, revisa grabaciones en 
la ribera de la Quebrada Katerpiza.  Las botas de jebe talla europea 46 son difíciles 
de encontrar en Tarapoto y a veces las más coloridas, de pitufo, son la única opción.  
Foto: Á. del Campo.

¡Ssscuiiii-cueo! Escuché en la cercanía, cerca de la quebrada.  Muy sonoro, clarísimo.  Parecido a “mi” Lipaugus unirufus.  Alcancé mi iPod y busqué “Lipaugus”, toqué la voz y de inmediato identifiqué ese pájaro que no pude ver pero cuya voz es inconfundible.  Nueva especie para mí, éste tiene el (muy apropriado) nombre de Lipaugus vociferans.  Seguí el sendero, tzk-tzk-tzk, luego cou-cou-coucoucou, etc.  Busco en el iPod, algunos son fácilmente identificables, otros no.  Tomé grabaciones de lo que valía la pena documentar y de lo que no conocía.  Con el paso de los días aprendí más y más vocalizaciones y calculé en la mente cuántos pájaros había podido ver y a cuántos sólo pude identificar por sus vocalizaciones.  ¿Serían 80% de las identificaciones por voces y 20% por avistamientos?


Phaethornis bourcieri fotografiado durmiendo.  Los colibríes reducen su 
tasa metabólica durante la noche para ahorrar energía y mantienen su temperatura 
corporal poniendo sus plumas en una posición perpendicular a la piel que inmoviliza 
el aire a su alrededor.  Acercárseles de noche para fotografiarlos es fácil por 
su estado de torpidez; encontrarlos no lo es.  
Foto: Á. del Campo.



Tres campamentos después (con muchas vocalizaciones identificadas positivamente y también muchas sin determinar) me siento más familiar con lo más común de lo encontrado en tierras bajas, a 300 metros sobre nivel del mar aproximadamente.  Cada miembro del equipo de aves ha recorrido diariamente entre 4-10 kilómetros de trochas registrando aves.  Hemos hecho tres escaladas a altitudes mayores de 1000 (dos de ellas a 1400 msnm) que nos trajeron valiosos registros nuevos de especies montanas y especies adicionales a nuestro inventario, incluido el gallito de las rocas considerado por muchos el ave nacional del Perú.

Cada noche nos sentamos a revisar lo encontrado por cada observador, compartimos los detalles de los avistamientos notables y recopilamos los datos en un listado central.  Los días han pasado muy rápido.  Tengo los brazos tapizados de picaduras de mosquitos y de otros bichos.  Los pies más o menos acostumbrados a las botas de jebe. 


El ornitólogo peruano Renzo Zeppilli discute el significado cultural del inchituch 
(Wetmorethraupis sterropteron en Wampis) con científicos locales en el 
Campamento 4 en la Quebrada Wee.  
Foto: Á. del Campo.


Hoy estamos en la última localidad que visitaremos, el Campamento 4, y nuestra lista tiene más de 340 especies.  Hice una caminata ligeramente más breve que lo normal, pues hay que empezar a trabajar los informes y a sintetizar la información de nuestro viaje completo.  Al revisar el listado confirmo muchas de las especies potenciales que esperábamos encontrar en Kampankis, pero también hay muchas sorpresas no esperadas.  De las especies esperadas encontramos a la mayoría, incluido el colibrí, la Grallaria y el mosquero que Doug me enseñó hace poco más de tres semanas en Chicago; en la memoria tengo ya organizadas las voces de muchos, incluido chu-chu-chu-chuchuchu,  tzk-tzk-tzk, y también el muy interesante cou-coucou, que es uno de mis halcones favoritos.


El ornitólogo peruano Renzo Zeppilli discute el significado cultural del inchituch 
(Wetmorethraupis sterropteron en Wampis) con científicos locales en el 
Campamento 4 en la Quebrada Wee.  
Foto: Á. del Campo.

 Nota por Ernesto Ruelas, Ornitólogo de Conservación

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